EVALUAR CALIFICAR
EVALUAR CALIFICAR
Tiempos de ansiedad, de tensión, de replanteos.
Tiempos de resignificación de ideas.
Tiempos de duelos y de futuro; de presentes sin certezas, con más preguntas que respuestas.
Paralelamente… los docentes enseñamos, las familias acompañan, guían, organizan, disponen recursos y los alumnos aprenden.
Los edificios escolares están cerrados…. ¡La enseñanza no cerró!, los aprendizajes siguen produciéndose de la mano de profesionales.
Pero… Nuestros niños, adolescentes… ¿Aprenden?
Los directivos y profesores “sabemos” que enseñamos; no dejamos de hacerlo, redoblamos los esfuerzos -mucho- para que así sucediera. Los papás “saben” que lo hacemos, porque a diario observan las obligaciones de los hijos enviadas en modalidad virtual.
Pero aparecen las preguntas, las dudas… ¿Y las “notas”? ¿Cuándo y cómo serán evaluados, calificados?. Y entonces es este el momento para definir y diferenciar esas ideas.
¿Qué es evaluar y qué es calificar?
Ambos forman parte de un mismo proceso, el de acreditación de logros, el de comprobar si nuestros alumnos aprendieron.
Allí comienza la respuesta a…. ¿Aprenden?
Evaluar es un proceso que se produce de manera permanente que nos permite a docentes y alumnos ir comprobando si esos objetivos previstos, se lograron, si se avanza en el desarrollo de la enseñanza y en los aprendizajes… Calificar es ponderar numéricamente, esos logros.
¿Cómo se produce y que función cumple la evaluación?
En el desarrollo de las clases, presenciales o virtuales -no importa la modalidad- a los docentes nos permite -y nos permitió -, en tiempos de creatividad infinita, el diagnóstico del proceso: Si los saberes (contenidos) se van logrando, si las actividades propuestas son coherentes y de acuerdo al nivel del grupo y de cada uno de los alumnos, si los tiempos son considerados de manera adecuada, si las respuestas son las esperadas, si los recursos tecnológicos son aptos para la propuesta didáctica. entre otros aspectos. Y sobre todo, si el vínculo con el alumnado, es positivo, para lo cual las devoluciones se realizan incentivando a la tarea y a los ajustes pertinentes.
Y los alumnos y sus familias, con estas devoluciones evaluativas, obtienen información sobre lo que está sucediendo con los aprendizajes.
Toda la información recogida y bien guardada, es el suministro para que se produzca la evaluación final de la cual va a dar cuenta la calificación.
Como vemos, la evaluación y la calificación van de la mano.
Para producir ese informe final siempre hemos ponderado los criterios de evaluación:
Compromiso con la tarea, precisión conceptual, respeto por los otros, capacidad de escucha y de ajuste en la resolución de problemas, entregas en tiempo y forma. Hoy esos criterios siguen vigentes y se agregan otros, propios de estos tiempos tecnologizados: recursos tecnológicos, composición y organización familiar, adultos que los acompañen, contexto laboral de las familias.
Transcribo del Documento base de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires: “No se calificará el primer bimestre, trimestre, cuatrimestre, -según corresponda- en las instituciones educativas, tanto estatales como privadas”.
Seguimos ocupados acompañando a los alumnos.
La evaluación se realiza de manera permanente.
La calificación espera decisiones de los organismos de gestión educativa.
Siempre a disposición de los alumnos y sus familias, comunicándonos para seguir avanzando juntos
Esp. Cristina H. Masip
Asesora pedagógica institucional
